Calvinismo Y los Cuernos de Eutifrón

Por Johnny Sakr | Traducido por Allan Sánchez

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March 13, 2018

Cuando finalmente uno tiene una comprensión firme de los fundamentos filosóficos y teológicos del pensamiento calvinista, uno no puede soportar preguntarse si el calvinismo es verdadero porque seguramente ninguna criatura contra-causalmente libre elegiría libremente creer en un sistema que invoca la deducción lógica de que Dios es el autor del pecado. Por supuesto, muchos calvinistas no afirmarán esto, sin embargo – esta es la conclusión implícita.

Por supuesto, hay muchas formas de pensamiento calvinista en relación con la soberanía de Dios y la libertad humana. Este artículo considerará el pensamiento más popular de la Filosofía Calvinista que incorpora la comprensión tomista y la aplicación de la Concurrencia Divina. Para empezar, considere una objeción popular que los ateos ofrecen contra el Argumento Moral:

Dilema de Eutifrón

Cuerno 1 – ¿Es lo moralmente bueno mandado por Dios debido a que es moralmente bueno?

o…

Cuerno 2 – ¿Es moralmente bueno porque es mandado por Dios?

(Plato, Euthyphro 10a)

Los molinistas pueden evitar fácilmente estos cuernos, sin embargo, una vez que presionamos sobre la doctrina calvinista de la soberanía de Dios y la libertad humana, entonces queda claro que los calvinistas se ponen a merced de los cuernos del dilema de Eutifrón. Considera las palabras de John Piper:

“Dios… provoca todas las cosas de acuerdo con su voluntad. En otras palabras, no es solo que Dios logra hacer que los aspectos malvados de nuestro mundo sean buenos para aquellos que lo aman; es más bien que él mismo provoca estos aspectos malvados para su gloria (vea Ex. 9:13-16; Juan 9:3) y el bien de su pueblo (véase Hebreos 12:3-11; Santiago 1:2-4). Esto incluye—por increíble y tan inaceptable que parezca en la actualidad—a Dios incluso habiendo provocado la brutalidad de los nazis en Birkenau y Auschwitz, así como los terribles asesinatos de Dennis Rader e incluso el abuso sexual de un niño pequeño…” [1]

O como explica Bruce Reichenbach:

“…si cada evento y cosa es causado, entonces mis mismas elecciones, creencias y deseos son causados… mi deseo y elección deben ser decretados por Dios, ya que mi deseo y elección son eventos. Por lo tanto, no hay ningún caso en el que pueda desear otra cosa que no sea lo decretado por Dios. Si deseo otro que lo decretado por Dios, ese mismo deseo es decretado por Dios”. [2]

Vemos entonces que Dios no solo “permite” que ocurran los eventos malvados, sino que más bien, provoca estos eventos malvados. Es decir, Dios mueve el deseo del hombre para que el hombre actúe en consecuencia. Sin embargo, aunque el deseo divinamente determinado es obra de Dios, el hombre realiza “libremente” los resultados deseados porque “quiere” hacerlo y, por lo tanto, el hombre es responsable.

Juan Calvino afirma el segundo cuerno del dilema Eutifrón, “Porque la voluntad de Dios es tanto la más alta regla de rectitud que todo lo que quiera, por el solo hecho de que [Dios] lo quiera, [cualquier cosa que él quiera] debe ser considerado justo”. [2]

Visión Tomista/Reformada de la Concurrencia Divina

La diferencia entre el punto de vista de Molina y el punto de vista tomista/reformado de la Concurrencia Divina es que Dios no causa que la voluntad del agente secundario elija una forma u otra; él simplemente está de acuerdo con la elección del agente al permitir el efecto deseado. (Por cierto, este es el motivo por el cual el punto de vista molinista sostiene que Dios no es el autor del pecado. Mientras él está de acuerdo con la voluntad pecaminosa al producir su efecto, Dios no mueve la voluntad del agente al pecado. Por el contrario, en el punto de vista tomista/reformado, Dios causa que el agente peque al mover su voluntad para elegir el mal, lo que hace que la afirmación de que Dios es el autor del pecado sea difícil de negar.) [4]

Paradigma Calvinista

(1) Dios determina el deseo (D) de la persona (S) de cometer un acto malvado (X)
(2) Necesariamente, S seguirá a D para cometer X
(3) Dios juzga a S por cometer X

Vemos que es necesario que S siga a D; por lo tanto, cometiendo X necesariamente.

(1) Dios determina D – por lo tanto, X ocurre necesariamente.
(2) Si Dios no determinaba D, S no cometería X.
(3) Por lo tanto, Dios es responsable de X.

Por lo tanto, Dios es responsable del pecado y no el hombre. Considera esta ilustración:

Muchos reconocerán que, si Ted pone una pastilla en una bebida de una mujer para que sus deseos se alteren tanto como para que ella “quiera” acostarse con él, entonces Ted será acusado y encontrado culpable de violación. ¿Por qué? La víctima de violación no podría haber elegido, o deseado, hacer lo contrario. Es decir, la víctima no poseía libertad contracausal. Aunque era “libre” para elegir de acuerdo a sus deseos, sus deseos ultimadamente fueron determinados por algo externo a ella (es decir, la pastilla que Ted puso en su bebida).

Debido a un factor externo que determina sus deseos, la víctima actúa necesariamente según el deseo. Por lo tanto, el consentimiento fue meramente ilusorio y, por lo tanto, nulo. Ahora, por supuesto, la violación es malvada — es un pecado. Sin embargo, esto es esencialmente lo que implica la perspectiva calvinista de Dios. Sin embargo, el mal no se le atribuye a él. Dios no puede “hacer” que alguien “libremente” haga algo. Es una contradicción lógica. Dios no puede realizar lo lógicamente imposible. Sin embargo, el calvinista es rápido para defender la ‘soberanía’ de Dios con las siguientes objeciones divinamente determinadas:

(1) ¡La Biblia lo dice!
(2) Romanos 9:20 – Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
(3) Salmo 115:3 – Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho.

Las objeciones (2) y (3) incorporan al calvinista al alcance del dilema.

(2) y (3) Salmo 115: 3 y Romanos 9:20: ¡Dios puede hacer lo que le plazca! ¡¿QUIÉN CREES QUE ERES?!

(¿Tengo opción de pensar lo contrario?)

En resumen, no estamos “contestando a Dios”, estamos “contestando” a su interpretación [de los calvinistas] de cómo piensan que Dios actúa. Es decir, si Dios elige hacer X, ¿es entonces Santo? La perspectiva calvinista de Dios cae en uno de los cuernos del dilema Eutifrón, a saber: “a) ¿Es moralmente bueno porque es mandado por Dios?” – La respuesta determinista del calvinista es sí.

¿Cuál es el problema?

(i) La moralidad es contingente. La moralidad no es objetiva. Por ejemplo, cualquier acción que sea realmente incorrecta podría haber sido moralmente correcta, incluyendo, por ejemplo, actos de tortura de niños inocentes por diversión.

(ii) Los mandamientos de Dios son arbitrarios. Si las cosas no son correctas o incorrectas, buenas o malas, independientemente de que Dios las ordene o las prohíba, entonces parece que Dios no tiene ninguna base sobre la cual elegir qué mandar y qué prohibir. No tiene buenas razones para prohibir las cosas que él prohíbe.

(iii) La bondad de Dios es trivial y por lo tanto no loable.

Si lo que Dios prefiere es automáticamente mejor, entonces el hecho de que Dios siempre prefiere lo mejor es un hecho trivial, verdadero solo por definición. Pero luego, el siempre preferir lo mejor no lo hace digno de alabanza.

En esta visión, Dios “puede” mentir porque una vez que Dios miente, no es pecaminoso. Esencialmente, Dios puede anular las promesas a Abraham; la seguridad eterna no es realmente segura. Cuando pecamos, no nos quedamos cortos de la gloria de Dios (Romanos 3:23), sino más bien, de todo lo que Dios ordena.

Como el filósofo G.W. Leibniz observó en su Discurso sobre Metafísica (1686) en [11]:

Entonces al decir que las cosas no son buenas por ninguna regla de bondad, sino puramente por la voluntad de Dios, me parece que uno destruye, sin darse cuenta, todo el amor de Dios y toda su gloria. Para qué adorarlo por lo que ha hecho si él sería igualmente digno de adoración en hacer exactamente lo contrario. [5]

Vemos que el pensamiento calvinista los clava en uno de los cuernos del dilema de Eutifrón.

Breve objeción a (1) – La Biblia lo dice.

En primer lugar, esta es una falacia llamada “petición de principio”. Ellos incorrectamente ‘suponen’ que su interpretación es la única interpretación correcta posible. En segundo lugar, en palabras de Frank Turek, “Dado que todos los datos necesitan ser interpretados, la ciencia no dice nada, los científicos sí”. [6] Del mismo modo, la Biblia no dice nada, el intérprete sí.

Por lo tanto, no estamos cuestionando la palabra de Dios; estamos cuestionando la interpretación calvinista de la palabra de Dios. ¡Existe una gran diferencia!

Por último, si uno admite que “Dios puede realizar lo lógicamente imposible”, entonces uno puede usar las siguientes preguntas:

1) ¿Puede Dios crear un círculo cuadrado?
2) ¿Puede Dios crear un soltero casado?

Y mi favorito:

3) ¿Puede Dios crear una roca tan pesada que no pueda levantar?


Notas

[1] Mark R. Talbot, “’All the Good That Is Ours in Christ’: Seeing God’s Gracious Hand in the Hurts Others Do to Us,” in John Piper and Justin Taylor (eds.), Suffering and the Sovereignty of God (Wheaton: Crossway, 2006), 31-77 (citado desde p. 42).

[2] “Bruce Reichenbach’sResponse,” en Predestination and Free Will, p. 51)

[3] (John Calvin, Institutes of Christian Religion, Book 3, Chapter 23, Paragraph 1)

[4] William Lane Craig, Ron Highfield, Gregory A. Boyd and Paul Kjoss Helseth, Four Views on Divine Providence (Zondervan, 2011) 57.

[5] Willia Egbert, P. Bosa and John Duns Scotus: Renewal of Philosophy (Rodopi, 1998) 176.

[6] Frank Turek, Stealing from God: Why Atheists Need God to Make Their Case (NavPress, 2014).

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About the Author

Por Johnny Sakr | Traducido por Allan Sánchez

Johnny Sakr was admitted as lawyer at the Supreme Court of New South Wales, Australia in 2014. He has completed his Bachelor of Laws (LL.B.), Graduate Diploma in Legal Practice (GDLP), Masters of Laws (LL.M) and is currently undertaking is M.Phil/Ph.D in Law (Philosophy) at the University of Notre Dame, Sydney Australia. His thesis looks to prove that through universal reason, a characteristic which all mentally complete human beings are assumed to have in them; view an objective standard as necessary to qualitatively assess the rightness of wrongness of the accused conduct called into question. Therefore; society should adhere to human reason and implement an objective standard in all areas of reform and judgement. Johnny is a former Roman Catholic, now Baptist – who adheres to the philosophy of Molinism.